El Desierto Blanco
Ubicación:
Chihuahua, México.
El
desierto de arena blanca se ubica en la cuenca de Tularosa, al norte del
desierto de Chihuahua, en Nuevo México. A diferencia de la mayoría de los
desiertos, la arena blanca está compuesta de yeso y sulfato de calcio,
confiriendo un tono de radiante e impecable blanco a su desértico paisaje.
Curiosamente el tacto de su arena es frío, debido a la alta tasa de evaporación
de humedad de su superficie y el hecho de que las arenas reflejan en lugar de
absorber los rayos del sol. El origen de este desierto se remonta a unos cien
millones de años, período en el cual estaba cubierto por un mar poco profundo.
Sus aguas retrocedieron gradualmente, poblando la zona de lagunas de agua
salada que terminaron por evaporarse bajó la acción del sol, dejando tras de si
depósitos de sal y yeso en el antiguo lecho marino. El trabajo del viento
durante milenios terminó conformando las resplandecientes ondulaciones blancas
de arena blanca, la extensión de dunas
de yeso más grande del mundo y uno de los paisajes más espectaculares y bellos
de nuestro planeta.
Las
brillantes dunas blancas se encuentran en constante movimiento, moldeando
bellas crestas, ondas y curvaturas de arena que lenta pero inexorablemente
terminan por cubrir todo en su camino, impulsadas por los fuertes vientos del
sudoeste. En este entorno seco, árido y cambiante cuesta prosperar, aunque
algunas especies se han adaptado a este entorno extremo. Los suelos alcalinos,
pobres en nutrientes con un alto contenido de yeso, apenas consienten la vida de
algunas plantas, como la yucca elata, la cual es frecuente ver entre las dunas,
así como algunos mamíferos, como el ratón de bolsas de las llanuras, reptiles
como la lagartija sorda menor, o arácnidos e insectos como el escorpión, el
grillo camello, o arañas, algunas de las especies endémicas de esta zona han
llegado a experimentar cambios en su pigmentación para mimetizarse con su
blanco entorno.
Este
desierto integra un entorno desolado y bello, donde las fluctuaciones de la
temperatura son extremas, desde los inviernos bajo cero al intenso calor del
verano. Un árido desierto de níveas dunas salpicado por tímidas plantas que
continuamente son sepultadas por su cambiante superficie. Un entorno yermo y
baldío que se nos antoja ajeno a este planeta, donde el silencio se propaga
hacia el infinito horizonte de fulgurantes dunas.
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